martes, 15 de marzo de 2011

MOTES

Al cura nadie le llamaba Don Eutimio.
Ya es raro que el populacho ponga un mote al cura. La gente se ensaña con los clérigos de otra manera.
Don Fulano olía mal, Don Mengano tenía brillos en la sotana, de plancharla sin lavarla, Don Peraltano era aficionado a sobar a sus feligresas, Y Don Zutano un putero.
Pero siempre con el Don por delante, se hablaba de seres humanos con muchos defectos, ampliados por el ojo de los que les temían y veneraban.
Pero con aquel párroco la cosa era diferente, cuando se le veía en su coche, un dos caballos cedido de amortiguadores, sufriendo su defecto físico de tener la cabeza ladeada desde la base del cuello, algún hijo de su madre dijo: ahí va “Brisca”.


Nuca supe cómo se llamaba aquel paisano, cuando me tenía que dirigir a él, procuraba dar algún giro dialéctico que no me obligase a preguntarle su nombre y a reconocer que solo conocía su apodo.
El vendía hortalizas en el mercado, a fin de cuentas solo había que preguntarle el precio y hacer el pertinente pedido.
No se debe de hacer mofa de los defectos físicos, pero aquel tío con una pierna mucho más corta que la otra y los andares lógicos de su tara, describiendo círculos con la pata charela, hizo que alguien deleznable y genial le pusiera “El Afilador”

No hay comentarios:

Publicar un comentario