domingo, 13 de marzo de 2011

Pedrito

Pedrito era un hijo de las ganas, de las ganas de comer, de las ganas de vivir, de las ganas de creer.
Pedrito era sobrino de los sueños, de los sueños de la paz, de los sueños del amor, de los sueños de viajar.
Pedrito era nieto del hambre, del hambre de pan, del hambre de amor, del hambre de horizontes.
A Pedrito le hablaban de la guerra, del hambre, del miedo.
Pedrito sabía leer poco, sumar poco, restar poco.
Pedrito sabía trabajar, arar, sembrar, acarrear y trillar.
Pedrito sabía del dolor, del trabajo, de las penas, del sudor.
Por eso cuando a Pedrito le sobraba un poco de pan del bocadillo, antes de dárselo a su perro, lo besaba.

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