lunes, 8 de agosto de 2011

Amargo

imagesSentía una sensación extraña cada vez que se acercaba a su ventana, sabiendo que ella estaba detrás sin abrirla.

Entonces, acariciaba su fotografía con la punta de los dedos y se preguntaba por qué sentía esa quemazón en la garganta y un sabor amargo en la boca.

No consiguieron una explicación lógica ni los médicos, ni los sicólogos a los que acudió. Él siguió visitando su ventana, sabiendo que ella estaba al otro lado y continuó percibiendo ese sabor amargo en su boca, cada vez más intensamente.

Un día, caminando por la acera, oyó salir de una vivienda del segundo piso las notas de una canción, escuchada por vez primera.

La letra decía: ¿ A qué saben los besos que no se dan?  Y lo entendió todo.

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